Cuando nos desanimamos, nos alejamos. Cuando nos alejamos, nos despegamos. Cuando nos despegamos nos enfriamos. Cuando nos enfriamos, nos debilitamos. Y cuando nos debilitamos, estamos expuestos a ser derribados por las circunstancias de la vida. Somos derribados, porque nos enredamos... 2 Timoteo 2:3-5 "3 Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. 4 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 5 Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente."