En este día conversaba con un hermano por teléfono y le dije estas palabras, pues está pasando por una prueba física. Ambos nos motivamos con la Palabra de Dios y le compartí esto: "Cada promesa de Dios, conlleva un proceso en nuestra vida. Y durante proceso, suceden una de dos cosas, nuestra fe aumenta o disminuye. Pero nuestra fe aumenta, cuando aquel grano de fe (como el grano de mostaza) lo sembramos y al tiempo vemos un gran árbol de mostaza, que a su vez produce más semillas de mostaza, para seguir sembrando en otras vidas. Cada crisis, cada situación económica, cada enfermedad que enfrentamos, cada situación de crisis familiar, es un momento para utilizar la fe depositada por Dios en nosotros, para compartirlo con otros en su momento de necesidad." La pregunta que surgió de esa conversación, me llevó a penar algo más profundo: ¿Cómo regamos esa semilla de fe? Con oración, alabanza y agradecimiento a Dios. ¿Y cómo hacemos crecer nuestra fe una vez sembrada en nosotros? Con la Palabra de Dios. Primero por el oír la Palabra... "Así que la fe es por el oír, y el oír, por la palabra de Dios." (Romanos 10:17) Pero no basta con oír, si oímos y no recibimos con humildad, la palabra no puede ser plantada... "21 Por lo cual, desechando toda inmundicia y abundancia de malicia, recibid con mansedumbre LA PALABRA IMPLANTADA, la cual puede salvar vuestras almas." Una vez recibida, debemos hacerla, ponerla por obra... "22 Pero SED HACEDORES DE LA PALABRA, y no tan solamente oidores, engañándoos a vosotros mismos." Si somos solo hacedores, nos engañamos a nosotros mismos... Y veamos con qué lo compara... 23 Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, éste es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era. "Entonces es necesario prestar atención a la Palabra, porque nos liberta y nos ayuda a perseverar... " 25 Mas el que mira atentamente en la perfecta ley, la de la libertad, y persevera en ella, no siendo oidor olvidadizo, sino hacedor de la obra, éste será bienaventurado en lo que hace. ¿Queremos ser bienaventurados?