La diferencia entre hacer y el querer hacer, se sustenta en dos cosas: 1. El interés de querer hacerlo. Cuando tenemos interés en hacer las cosas. Cuando nos motiva la pasión de hacerlo, lo hacemos. Si no, simplemente no nos interesa. No importa cuánto beneficio, cuánta bendición, etc. eso signifique. 2. El compromiso de hacerlo. Cuando nos comprometemos a hacerlo, movemos el cielo y tierra, caminamos tierra y mar, conquistamos la luna y las estrellas de ser necesario, porque nos mueve una palabra de pacto y compromiso.
Fuera de eso, todo lo demás es falta de interés, indiferencia, o pecado. Cristo lo dijo de esta forma: "37 Pero sea vuestro hablar: Sí, sí; no, no; porque lo que es más de esto, de mal procede." (Mateo 5:36-38) ¿Lo vieron? Nuestra firmeza determina nuestra veracidad. Así que en el ámbito del compromiso de nuestro "Sí" o de nuestro "No," Cristo no nos da cabida para: "Déjame ver..." "Voy a pensarlo..." "Si puedo... "Todo depende..." etc. Mi amado hermano Miguel Velazquez decía: "¿Depende de qué? Estas y otras expresiones, son simplemente muletillas de escapatorias para no cumplir con situaciones o compromisos. Por eso el Señor nos dice: Sea vuestro "Sí" un sí y punto. Nada de explicaciones. O Sea vuestro "No" un no y ya. Nada de excusas.
La ambivalencia es solo un reflejo del nuestro carácter, ante lo cual debemos analizarnos y decir: Dios ayúdame a ser un hombre o una mujer de compromiso y carácter no de ambivalencia o de doble ánimo. Santiago lo explica de esta forma, y observe la claridad de su mensaje (Santiago 1:5-8): "5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada." Aun en el aspecto de nuestra oración, de nuestras peticiones... "6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra." ¿Observó lo de la duda, que el que duda, el ambivalente, es como la ola del mar que va y viene? ¿Qué nos sucede cuando somos ambivalentes? Somos arrastrados por los vientos y somos echados de un lugar a otro en todo lo que atañe a nuestra vida. ¿Y pensamos que siendo ambivalentes e inconstantes vamos a agradar a Dios y a recibir cosa alguna de Dios? ¿No será por eso que algunas de nuestras oraciones no son contestadas? "7 No piense, pues, quien tal haga, que recibirá cosa alguna del Señor." ¿Qué sucede con los de doble ánimo, con los bi-polares, que hoy soy una cosa y mañana soy otra, que hoy confío, y mañana mi confianza está en el piso? Observe. "8 El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos." Wow! Vaivén (que va y que viene)... Echados de un lado a otro... Doble ánimo... Inconstantes... Oooops! ¿Que cómo lo solucionamos? Que nuestro Sí, sea sí con Dios y con los hombres. El "No" puede que no trabaje mucho con Dios cuando El nos pide algo, pero sí nos permite decirle a los hombres No cuando aplique... Al pecado... No! A la mentira... No! ¿Comprendemos? Solo meditando en eso del Sí y del No! Todo lo demás dice Cristo, de mal procede... Wow!