Estuve dormitando temprano y descansando, debido a una incomodidad física, y al despertar vino a mi mente la publicación de mi apreciado hermano y amigo, el DrAdalberto Vallejo, acerca de la responsabilidad de nuestras palabras, acciones implicadas también en nuestras intenciones. Y quisiera con el permiso de él añadir algo acerca de otro tipo de responsabilidad. Acerca de nuestra responsabilidad relacionada con nuestros deberes como creyentes, no solo en lo relacionado al área personal, la responsabilidad familiar (con nuestra familia), pero también con nuestra responsabilidad relacionada con nuestra iglesia local. Cada creyente, cada miembro tiene no solo privilegios y promesas que provienen de Dios y son manifestadas en el seno de la iglesia como Cuerpo de Cristo, atada a esos privilegios y promesas de parte de Dios, están una serie de responsabilidades y deberes ante los cuales un día todo creyente, desde los pastores, ancianos, diáconos y líderes servidores en otras áreas de ministerio, cada siervo de Cristo, le hemos de dar cuenta a Dios. "De manera que cada uno de nosotros dará cuenta de sí a Dios." (Romanos 14:12) No pensemos que hemos de escaparnos de tal ocasión, cuando todo creyente hemos de presentarnos ante el Tribunal de Cristo para dar cuenta por nuestras obras, sean buenas o sean malas, sean madera, heno y ojarazca o sean oro, plata o piedras preciosas. (1 Cor. 3:12) En 2 Corintios 5:10, Pablo nos recuerda: "Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo." Por nuestro cuidado del cuerpo de Cristo, o por nuestro descuido, hemos de ser juzgados. Por nuestro servicio al cuerpo de Cristo, unos a otros o por nuestra falta de servicio, hemos de ser juzgados. Por nuestra responsabilidad ministerial para con el cuerpo de Cristo, o por nuestra falta de responsabilidad al ministerio entregado a nosotros, hemos de ser juzgados. Dios ha de pedirnos cuenta de nuestra mayordomía. Y lamentablemente, el mayordomo irresponsable, perderá su mayordomía. Lucas 16:2 "2 Entonces le llamó, y le dijo: ¿Qué es esto que oigo acerca de ti? Da cuenta de tu mayordomía, porque ya no podrás más ser mayordomo." Inclusive, hasta le responderemos por nuestros talentos recibidos. (Mateo 25:14-28) "14 Porque el Reino de los cielos es como un hombre que yéndose lejos, llamó a sus siervos y les entregó sus bienes. 15 A uno dio cinco talentos, y a otro dos, y a otro uno, a cada uno conforme a su capacidad; y luego se fue lejos. 16 Y el que había recibido cinco talentos fue y negoció con ellos, y ganó otros cinco talentos. 17 Asimismo el que había recibido dos, ganó también otros dos. 18 Pero el que había recibido uno fue y cavó en la tierra, y escondió el dinero de su señor. 19 Después de mucho tiempo vino el señor de aquellos siervos, y arregló cuentas con ellos." Muy pronto todos nosotros nos presentaremos ante Dios para darle cuentas. Solo meditando en voz alta!